MISION ¿CUMPLIDA?

Las cinco de la tarde. Hotel Derby. Barcelona. Un incesante hormigueo de gente entra y sale mientras los periodistas nos dirigimos a una sala al fondo de la sala principal en la que Oriol Giralt anunciará que habrá moción de censura. Son socios descontentos con la junta directiva del Barça que vienen a dar su apoyo a la iniciativa. Mucha gente. Los últimos días, asegura Giralt más tarde, han sido muy movidos. Las 24 horas del jueves se acercan, pero a la moción le van a sobrar horas. Incluso días.

“Bona tarda. Los socios y las socias del Barça serán llamados a votación para decidir el futuro del club”, anuncia ceremoniosamente el abogado. “Físicamente estamos cerca de tener las 7.000 papeletas. Pero aún quedan dos días y la cifra que presentaremos hará reflexionar a la junta directiva. Será una señal inequívoca de que el socio está descontento”. Giralt no quiso desvelar el número de firmas que presentará para no equivocarse, pero serán más de 7.000, muchas más. Y se especula con que puedan superar incluso las 8.000. También explicó que han tenido suficientes sólo con las que han recogido en la sede central. “A Joan Laporta no le ha traicionado una mala gestión deportiva, sino un problema más grave. Las debilidades han podido con él. Es difícil que uno misma pueda ver sus propias debilidades”, añade a modo de paréntesis. Por eso, también explica “es difícil que Joan Laporta acabe dimitiendo”.

Cuando empezó la historia, el pasado 9 de mayo, en el mismo escenario, el gran impulsor de la iniciativa no tenía claro que llegasen a este punto. Era optimista, pero desde muchos puntos le aseguraban que lograr en tan poco tiempo las 5.882 papeletas era muy difícil. Incluso, aseguraba ayer: “3.000 era una cifra que ya me hacía feliz”. Pero el éxito le ha desbordado. Antes de tiempo. El discurso ya era otro. “Existen muchas posibilidades de que esta votación prospere. La junta directiva de Laporta tiene la votación muy complicada”, apunta. Giralt es optimista en ese sentido. Considera que hay mucha gente descontenta y que la gran obtención de papeletas es un signo inequívoco de que la gente acudirá a las urnas en contra de la actual junta directiva: “Estoy absolutamente convencido de que va a ir a votar mucha gente”.

Pese a todo, el abogado considera que esta moción de censura no debe considerarse como algo negativo para el presidente: “No deben tomar esto como una preocupación, sino como una oportunidad para acabar los dos años que les quedan de mandato más legitimados, incluso reforzados, si al final es que no”.

Ahí, Giralt tiene muy claro que, si el socio continúa apoyando a la actual junta, ésta “no debe dimitir”. Por eso asegura que “hoy empiezan dos años muy buenos de mandato. Tanto si siguen estos como si se inicia un nuevo proyecto. Las valoraciones que ellos hagan más tarde sobre la votación es cosa de ellos”.