LAPORTA DIMISION !!

lunes, 7 de abril de 2008



Marc Ingla, el vicepresidente deportivo que quizás ya se esté arrepintiendo de haber asumido el cargo esta temporada, fue el último en abandonar ayer el palco del Camp Nou. Se llevó los últimos improperios de los socios más cercanos y vio los pañuelos blancos muy de cerca, tanto que uno de ellos acabó rozándole el rostro. Unos metros más allá, Joan Laporta ya estaba diciendo en Canal Plus que el aficionado es libre de mostrar su opinión. Y como si le estuvieran escuchando en directo, unos 300 seguidores se apostaron en la puerta del palco para hacer eso: opinar. Cánticos como "¡Laporta dimisión!" y "Laporta, no; Barça, sí!" retumbaron durante unos quince minutos en los tímpanos de los dirigentes del club hasta que los ánimos se fueron calmando. La concentración se fue disolviendo poco a poco, pero la crispación ya se ha instalado de forma definitiva en el Barça.

Fue una reacción espontánea de una afición que ayer volvió a demostrar su madurez. Aplaudió al equipo por su entrega y creyó en la victoria hasta el minuto 92. Sólo entonces, cuando ya no se perjudicaba a los jugadores, los aficionados sacaron sus pañuelos blancos. Fue una protesta general que tenía un claro destinatario: Laporta. Nunca se había visto nada igual durante su gestión, que comenzó en el 2003. En estos cinco años sólo una vez vivió una situación similar: ocurrió en el Palau Blaugrana, quizás porque los seguidores del equipo de baloncesto se hartaron antes.

No parece casual que la gran bronca le haya llegado al presidente dos días después de quedarse sin su paraguas preferido: Ronaldinho. El brasileño está lesionado, va a perderse lo que queda de temporada y a la gente ya le importa poco que salga de noche o de día. La maquinaria al servicio de Laporta no encontró otro escudo a tiempo.

Tampoco deben haberle ayudado a Laporta sus agresivos discursos de los dos últimos días. Si realmente creía que tenía a los socios a sus pies, ayer la cruda realidad le dio una sonora bofetada.

Sí, hacía cinco años que no se veía una reacción igual en el Estadi. Eran los últimos días de Joan Gaspart y probablemente Laporta, entonces como socio, también sacó su pañuelo blanco. Ahora ya sabe lo que se siente

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